Lunes, 6 de
Agosto. Lugar: Embalse de Vallehermoso (La Solana). A las 7:00 de la mañana
estábamos en el lugar, sondeamos el escenario y elegimos –bueno… lo elegí yo, lo cual a la
larga me costó caro por la tabarra que me dieron los contrincantes durante todo
el día acusándome de haber hecho trampa en el inexistente sorteo de puestos- el sitio donde habríamos de llevar a cabo el
duelo sin cuartel entre las dos parejas de pescadores: por un lado Rafa y Julián SR, expertos pescadores, y de otro Julián JR y yo mismo,
mucho más bisoños en la pesca con enchufable.
Mi compañero, Julián JR, con parte de su pescata |
Andrea: grande pescatore italiano |
Llegados al
lugar nos encontramos a dos conocidos pescadores de mis compañeros: Manu García de Albacete, y miembro del
club de pesca de la Gineta, y Andrea,
pescador transalpino. Éstos se ofrecieron amablemente a competir en este duelo
y hacer un triangular por parejas, pero tal ofrecimiento lamentablemente
debimos rechazarlo, ya que la FIPA
(Federación Internacional de Pesca Agreste) en sus estatutos señala
taxativamente la prohibición de participar a cualquier pescador en un concurso
regido por la normativa de la pesca agreste que no esté empadronado y resida
permanentemente en algún lugar de La Mancha manchega “que hay mucho vino, mucho
pan, mucho aceite… mucho tocino”, caso que no ocurre con el amigo Manu, pero sí con su compañero Andrea, italiano de nacimiento y
residencia. Aún así, compartimos con estos dos extraordinarios pescadores la
jornada de pesca, terminando ellos un poco antes que nosotros, pese a lo cual
fueron capaces ambos de hacer una extraordinaria pescata, llegando a pescar Manu 47 kilos de peces y Andrea, y récord de la jornada, 50.
Manu García con su extraordinaria pescata |
Senior sacando una hermosa común. |
Mientras, las
dos parejas de competidores iniciamos el duelo con la mente puesta en el
suculento premio que recibirían los campeones: un botellín de cerveza,
aperitivo no incluido. Hay que resaltar que el inicio de la competición se
demoró largamente debido a la lentitud en el montaje de sus respectivos
pesquiles por parte del equipo “JA”
(Rafa y Julián padre), lo que hizo que empezáramos la contienda sobre las
8:30.
Rafa sacando peces a dos manos. |
Desde un
primer momento las picadas se sucedieron sin pausa. En mi caso hice un cebado
de inicio a 11 y 6 metros. Combinaba la distancia de
pesca según notara actividad en uno u otro lugar, buscando la mayoría de las
veces la pesca abajo, ya que a medias aguas las capturas eran casi siempre de
pequeño tamaño. Más cantidad de peces a menos distancia, pero las carpas de
mayor porte (pude sacar unas 14
entre uno y dos kilos) las conseguí casi exclusivamente a 11 metros. Cebo y cebado con maíz y sin meter nunca gusano para
intentar evitar la entrada en el pesquil del pez espada -nombre puesto por Rafa para el incordiante pez gato-, lo
que conseguí completamente, ya que sólo saqué 6 de estos pequeños bigotudos. A mi siniestra mi compañero Julián JR también mantenía buen ritmo
de capturas, casi siempre más cerca de la orilla, aunque no lograba clavar
carpas grandes y las que pudo pinchar, o se le escaparon o le rompieron el
aparejo.
Rafa con parte de su centenar largo de peces |
Padre e hijo arrastrando el rejón lleno de peces del primero. |
Nuestros
rivales, si cabe, llevaban mejor ritmo de capturas que nosotros aunque siempre
de peces pequeños: carpitas, bogas, “gallardones” y “peces espada”. Eso sí, sin
dejar de quejarse en todo el día del puesto que les había tocado en suerte,
sobre todo Julián SR, secundado,
apoyado y animado por el Presidente, el cual, por cierto, pescaba a dos manos,
llegando en muchas ocasiones, gracias a la actividad frenética de los peces, a
coger dos a la vez.
Así fue
pasando el día. Un sin parar, sin pausa ni tregua de picadas, de tal manera que
nos costó a los cuatro abandonar el pesquil para almorzar, cosa que ocurrió a
las 12:00 horas y llevado a cabo de forma celérica para volver al puesto.
Cercana ya las 3 de la tarde paramos otra vez, también de forma meteórica, a
tomar un bocado rápido y proseguir la competición, la cual dimos por terminada
sobre las 19:00.
PESAJE. Un engorro debido a la cantidad de
peces sacados. Te pones perdido con la vorágine de los mismos, se te escapan,
te quiebras el “lomo” al levantar el rejón y, lo que es peor, se producen más
bajas que si los sueltas al momento de su captura. Recomendación: procurar siempre no usarlo, es una “jodienda”.
Pues el mencionado pesaje lo llevamos a cabo
con una báscula “de los chinos” cuya precisión no es una de sus virtudes,
aunque a groso modo, pesando como pudimos, el resultado fue el siguiente:
Equipo “Ja”: Julián padre: 46 kilos
con más de 130 peces; Rafa: 22 kilos con más de 140 piezas,
pero todos peces pequeños. Total: 68 kilos.
Equipo “Jua, jua” (por la risa que nos dio cuando les
ganamos): Julián JR: 25 kilos con todo peces pequeños,
superando holgadamente la centena; y yo 44
kg. con 125 carpas (14 “gordas”), 3 “gallardones” y 6
“peces espada”. Total: 69 kilos.
Julián Sr. Ganador honorífico, pero 2º por parejas. |
¡Vencedores:
Julián JR y Josan! Título honorífico al ganador individual: Julián Sr –y eso que, como recordó
amargamente durante todo el día, le endilgamos el peor puesto-. Cuando me beba
la cerveza, si es que los perdedores nos la pagan, me llevaré el casco del
botellín para ponerlo en mi estantería, huérfana de trofeos, con los pocos que he
ganado en el mundo de la competición. Por cierto, sobre este mundillo sólo
comentar someramente, y tema sobre el que próximamente escribiré un sesudo
artículo, que cada vez me decepciona más. Si es entre nosotros cuatro, en esta
competición de pega, y todavía discutíamos –sin acritud, eso sí- si el cubo
pesaba tanto, si se habían escapado no sé cuantos peces sin pesar, si la
báscula, si… Pero si casi nos tirábamos al agua a por el escurridizo pez que
intentaba huir del cubo donde lo íbamos a pesar con sus asustados congéneres.
Las personas, y en particular los pescadores, somos así, no lo podemos evitar.
Resumen:
extraordinario día de pesca. Es la masa de agua, que yo conozca, en la que más
se puede disfrutar pescando. Proposición a quien corresponda: ¿Por qué un
escenario de esta calidad de pesca no se puede hacer coto sin muerte? Sería su
única salvación.
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