Con dos cañas baratas relativamente
potentes, un par de pinchos, un avisador acústico electrónico o unos cascabeles,
que siendo igual de acústicos que el primero suenan menos, unas latas de maíz, algún boilie combinado con pop-up o sin él, todo esto utilizando
unas veces cebador, otras no, echando
engodo con tirador según se tercie, utilizando el sistema “hair” en algunas ocasiones o poniendo el cebo ensartado en el
anzuelo otras. Todo este batiburrillo y mezcla de técnicas es lo que se
denomina –bueno, mas bien soy yo solo quien lo hace- “Carpfishing Agreste” o “Feeder
Rupestre”, y dedicándole sólo unas pocas horas puedes conseguir sacar unas
bonitas y potentes carpas de 4 a 7 kilos. Pero, lo más gratificante de esta
pesca, sin duda, es el momento que con suma delicadeza soltamos a estos
admirables seres y vemos cómo raudos buscan las profundidades del lugar donde
nacieron, habitan y merecen morir de viejos. ¡Captura y Suelta, joder!
Comentarios