La Justicia Divina


2º CONCURSO DE PESCA DE TRUCHAS EN EL COTO LA TORRE.

Je, je, je...
Al primer concurso de este año 2012, el cual se demoró más de lo normal en el tiempo por el conocido y repudiado por la mayoría de pescadores Real decreto-ley que regula las mal entendidas especies exóticas, no pude asistir, y es a fecha de hoy, 24 de Junio, cuando empiezo mi anual periplo por el mundo de los concursos truchiles.

Como casi siempre…mal inicio, ya que sólo fui capaz de sacar 8 tristes salmónidos de la especie arcoíris –cuatro con cucharilla y otras tantas con masilla al arrastre, para más datos-  que dieron unos exiguos 2,5 kilogramos en el pesaje final, los cuales me llevaron a ocupar una mediocre, pero merecida por mi falta de habilidad y error al elegir mal el lugar de inicio de la competición,  13ª posición, la cual, y debido a que desde hace unos años este puesto es agraciado con un jamón, en cierto modo mitigó mi descontento por la mala actuación al verme en posesión de tan notable y sabroso trofeo, el cual, en el momento de su entrega, provocó la alegría de pocos y el disgusto de muchos.

He de aclarar que el ser agraciado en esta primera participación anual por el “pernil” no se debe en modo alguno a la suerte, o a mi habilidad para lograr quedarme en esta decimotercera posición, cosa totalmente imposible de prever, sino que se trata de una especie de justicia divina, una compensación del destino por algo que se me debía y de lo que se me desposeyó injustamente como ya relaté en un artículo de este blog: “El cuento del jamón y el queso”. Ya que los humanos suelen ser reacios a enmendar los errores manifiestos, es de agradecer que, en algunas ocasiones, algún ente esotérico intervenga en el devenir del cosmos y corrija algún que otro flagrante atropello o ultraje.

La estrella del concurso
Debido a que el jamón acabó en mi posesión algunos me instaban a que, por ello, alabara servilmente las virtudes del concurso y su organización. Y yo os digo, pescadores y pecadores: no me vendo por un jamón, mío por derecho, por cierto. Y seguiré ensalzando lo ensalzable –mucho- y criticando lo criticable –siempre hay que retocar alguna cosa-. Por cierto, uno de los concursantes repetía: ¡qué no escriba, qué no escriba, ni bueno ni malo...nada! ¿En qué momento hemos perdido la libertad de expresión? “Majete”… en mi blog escribo, y sin faltar jamás a la verdad, te lo aseguro, lo que me da la gana, cómo y cuándo quiero. ¡Faltaría más! Luego cada uno es libre de leer lo que estime oportuno y conveniente.

En orden estrictamente competitivo señalar que este concurso se celebraba por parejas y que los justos vencedores, repetidores de laureles en esta modalidad en varias  ocasiones, fueron Patiño y León; el segundo puesto del pódium lo ocuparon Rafa y Carlos; y, por último, y gracias en gran medida a la notable actuación de Lorenzo con 19 truchas, en tercera posición quedaron el mencionado y su compañero Miguel Ángel. Enhorabuena a los premiados.
Lo prometido es deuda. Foto de Alberto junto a su nuevo y flamante pick up.

Mi compañero Montero y yo, con 15 truchas entre los dos, ocupamos una de las últimas posiciones del concurso. ¡Pero, y qué! ¡Pues no me reí ni “ná” cuando me llevé el jamón!

Como siempre, la caldereta, de lo mejor del concurso.

*¡IMPORTANTE! Anexo a esta entrada: Justicia divina, justicia divina... ¡Y una mierda! ¡Ya me extrañaba a mí que algún tipo de divinidad velara por mi alma pecadora y, por ende, por mi gastronómico patrimonio! Nada, que se me ha negado el jamón. ¡Y mira que me hace falta!Y esta vez, si cabe, más cruelmente, debido a que ya me hayaba en posesión del mismo; pero he de renunciar a tan preciado premio, ya que se me otorgó por un fallo de la organización en el cómputo erróneo de mis capturas. El guarda, Rubén, y yo, contamos 8 truchas, pero el escribiente, Visier, debió oír 10, lo que me otorgaba el 13º puesto, el cual da derecho al "pernil de gorrino". Pero este fallo, no achacable en modo alguno al amigo Visier dadas sus múltiples tareas para poder llevar a cabo estos concursos que tanto nos gustan y disfrutanos, y del que me he percatado al ver la clasificación del concurso publicada a día de hoy, me impide quedarme con el premio, ya que no me pertenece por derecho, además de privar de él a su legítimo propietario. No quiero que esto parezca un acto de generosidad y honradez, sino que no está en mi naturaleza quedarme con algo que no es mío siendo, como soy, un defensor de "lo justo" -filosofía de vida que ya soy muy viejo para cambiar, si es que quisiera, que no es el caso.
Por tanto, que sepa el amigo Fernando Molinero, si lee esta entrada, que el próximo concurso le llevaré el jamón -intacto, por supuesto- que por derecho le pertenece al haber ocupado la posición treceava.
La foto de arriba en la que se me ve ufano con el jamón ya no la voy a cambiar, pero lo de "je, je, je..." lo cambiaremos por: "Mecagüen to lo que se menea" Otra vez será, y si no... qué le vamos a hacer.

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