AL RICO BARBO. Y no es una receta

La pesca es de momentos, de temporada, como la fruta, y a quienes nos gusta cualquier técnica y pez que se pueda sacar del agua, ¡y soltar, queridos ecologistas en acción!, hay que aprovechar cuando alguna especie está ávida de comer lo que le presentemos en nuestros anzuelos. Aparte, y cierto es, “cuando un tonto coge la linde se acaba ésta y sigue el tonto”, y ahora me estoy refiriendo a mí mismo cuando me empecino en una técnica concreta, esta vez la pesca del barbo con ova a veleta corrida, aunque lo del tonto y la linde también le viene pintiparado a algunos indocumentados que amparándose en un supuesto y malentendido ecologismo no tienen otra obsesión, enfermiza seguramente, que la de acabar con todos los peces de agua dulce.
Así que, ahora ando arreándole —no de forma literal, que mi única preocupación es velar por su integridad física una vez pescados— a los barbos comunes. Pocas modalidades de pesca se pueden comparar, y eso que me gustan todas, con sacar uno de estos formidables peces “a la pasada”. Y de muestra os dejo un nuevo vídeo de una de mis últimas jornadas pescando barbus barbus, más un simple consejillo para principiantes sobre el cuidado que hay que tener para evitar una mala elección de caña.

Ah, queridos ecologistas en camión, perdón... en acción, los barbos son autóctonos, pero qué poco hacéis por ellos, ni por ningún otro, faltaría más, ¿verdad?


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