Vive Dios
que nuestro objetivo inicial era tentar a los buenos barbos y truchas comunes
que habitan el límpido río Cabriel, pero no sé bien si por
impericia de los pescadores –cosa muy probable por otro lado- o por la escasez de
peces, aunque de éstos últimos vimos alguno, no tanto truchas, muy, muy,
escasas, como algunos buenos barbos, nos vimos abocados a la pesca de alburnos
a mosca. Ciertamente es una pesca entretenida, cebándose estos peces a
mosca seca con agresividad y constancia, pero el diminuto tamaño de los mismos
hacía que fuera muy complicado clavar el anzuelo en su pequeña boca, pese a
utilizar números del 22 y menores. Con alburnos de buen tamaño esta pesca puede
resultar muy amena.
Después de
importunar un rato a estos pececillos con nuestras moscas, y para rematar la
jornada, nos dirigimos al cercano pantano de Contreras, en el que Adolfo, con su cola de rata y una
nutrida colección de estrimer y poppers de fabricación propia para lucios y
basses, y Alex, a lance, tentaron al
esócido y al centrárquido durante un rato corto, siendo éste último el que
clavara un bonito ejemplar de bass de alrededor del par de kilos.
Mientras, Alejandro y yo, sin pescar, sólo
paseábamos acompañando a los insistentes pescadores debido a que a nuestra
avanzada edad estas largas jornadas hacen profunda mella en nuestros seniles y
gastados cuerpos. ¡Con lo bien que se va en la barca, que no tienes ni que
andar, ja, ja, ja...!
En definitiva,
buena jornada con inmejorable compañía, opípara comida y encima disfrutando de
unos parajes excepcionales y desconocidos del río Cabriel.
Comentarios
Saludos y enhorabuena.
Un saludo.
Saludos.
shaddockfishing