Concurso por parejas


León y Montoya junto a unos compañeros


El descanso de los guerreos después de la batalla -es del almuerzo,
pero ¿qué mas da?-  Josan, Lidio, Bustos y Alberto.

2º CONCURSO DEL COTO LA TORRE
10/ABRIL/2011
Las condiciones del río son excelentes, ya que baja con una corriente no demasiado fuerte y sus aguas bastante limpias. La temperatura es fresca debido a lo temprano de la hora de inicio (las 7:30 horas), pero a medida que pase el tiempo el calor hará que nos sobre  parte de la indumentaria que llevamos para mitigar el fresco de la mañana.
¿Qué decir?
La afluencia de pescadores es notable, calculando más de una veintena, todos dispuestos y nerviosos por empezar la jornada de pesca, instigando alguno de ellos, entre los que me encuentro, a Fernando para que dé la orden de salida.
Concurso por parejas. Yo, como siempre, voy con Montoya. Los  pronósticos  están claramente en nuestra contra, lo que se confirmó al término del concurso, aunque el  resultado no fue tan catastrófico como a priori se preveía, ya que entre los dos pudimos sacar 18 truchas. Así  que, teniendo en cuenta que los  terceros clasificados –en este caso Lidio y Alberto Benita- sumaron un total de 22 capturas, podemos afirmar que nuestra actuación se puede catalogar de bastante digna.
En mi caso, me bajo a la colada de abajo, sacando cinco truchitas en aproximadamente una hora. Después me recorro el coto de abajo-arriba, tanteando lugares que mi mente no recordaba que existieran en él. Voy combinando cebo y  cucharilla, y así puedo incrementar mis capturas en otras cinco piezas, tres de ellas con una cucharilla plateada de puntos rojos, ¿o era dorada de puntos azules? No, era negra con puntos rojos;  ¿o no? Ya sé, era verde con puntos negros, ¿o los puntos eran verdes y la cucharilla dorada? Bueno, cucharilla ser… era.
Así que, por fin, a las 11:30 damos por concluida la jornada de pesca.  Pasamos por el puesto de pesaje, vemos el resultado de nuestros contrincantes, envidiando a los que pesan un buen número de truchas y confortándonos por la escasez de las mismas en las bolsas de los otros. Así que, unos contentos y otros algo menos,  nos dedicamos a dar buena cuenta del abundante almuerzo, rico en colesterol (panceta, chorizos, forro, secreto ibérico, chistorra, butifarra…)  con el que nos obsequian los dos expertos chefs de barbacoas: Fernando y Bustos, que, por fin, le ha cogido el tiento a la cantidad de sal que debe echarse a las carnes a la parrilla.
Por tanto, otro día sin llevarme, siquiera, una triste botella de vino. ¡Con la falta que me hace el jamón…¡


Parte de los participantes en este concurso.

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