Los "gallardones" de Vallehermoso


 Dos carpitas.
Pues sí, efectivamente…ayer estuvimos pescando en el embalse de Vallehermoso y, sinceramente, no fue una gran jornada de pesca debido a que, y seguramente por el frío persistente de toda la mañana y de la anterior noche, los peces no se acercaron a la orilla donde los aguardábamos ansiosos, para sacarlos del agua, una nutrida representación de pescadores: unos vecinos del lugar; otros de un poco más lejos –nosotros mismos-; y otros allende nuestras fronteras patrias –siendo éstos últimos los únicos, curiosamente, que se llevaban los peces.
La verdad es que, al principio, el escenario no se mostraba muy idóneo para la pesca con enchufable debido al poco fondo –escasos 2 metros-  y a lo amarronado de sus aguas. Y así fue, que durante toda la mañana no fuimos capaces de sacar más allá de 5 ó 6 peces, ya sea por el comentado mal tiempo o por nuestra falta de pericia, pese a que un vecino del lugar, Palacios, nos aseguró que en días anteriores las picadas se sucedían sin pausa, lográndose así pescatas considerables.

La cara blanca se debe al protector solar no al carnaval.
Fue, pasadas las 4 de la tarde, cuando ya me estaba planteando dar por terminada la mala jornada de pesca, el momento en que los peces –suponemos que por la subida de las temperaturas- mostraron una progresiva actividad, sobre todo los “gallardones” (nombre acuñado por nuestro amigo Goso para denominar a los gardones), con lo que, y siguiendo las recomendaciones e instrucciones precisas del amigo Palacios, gran conocedor del lugar y experto en su pesca, fuimos capaces de ir sacando peces y pasar una muy entretenida tarde, ya que, y pese a que el tamaño de los peces (bogas, peces-gato, carpitas y “gallardones”) no era mucho, las picadas se sucedían sin descanso.
Al final, aunque no se trata, ni mucho menos, de grandes pescatas, Montoya pesó 2,5 Kilos; Rafa 5,8; y yo también 5,8 kilos (unos 40 peces). Por tanto, y gracias a la subida de la temperatura, los consejos de los expertos en el escenario y, sobre todo, a los “gallardones”, pasamos una tarde muy entretenida. Otro día mejoraremos…seguro.
Rafa y Goso

Y para terminar el relato de esta nueva jornada debo añadir que además de un nuevo nombre de pez se ha inventado una nueva modalidad de pesca y en este caso no he sido yo, sino el amigo Rafa –yo sólo le pongo nombre-: el Fedeer Rupestre. ¿Y de qué trata esta nueva variedad de la pesca a fondo? Pues simplemente, aunque en este caso mejor lo explicaría Rafa que es su creador, mentor y único practicante, se trata, por lo que pude apreciar viendo al inventor, de utilizar una caña típica de pesca al feeder con cebador pesado, lanzar con potencia y procurar que en la caída el cebador escalabre alguno de los peces objeto de su pesca: en este caso el pez gato. Una vez conseguido el primer objetivo, y al acercarse los congéneres del finado (pez gato) a dar su pésame a la familia del difunto…ya puestos, algún gato desaprensivo, aprovechando la coyuntura y puesto que al cebador va unido un anzuelo con apetitoso alimento, pegarle un viaje a éste. Debido al escaso tamaño de los peces objeto de esta pesca y lo pesado del cebador, la picada es imperceptible por lo que se aconseja, cada cierto tiempo, sacar el cebo del agua, ya que seguramente, como así era ayer, ya habría un pez-gato enganchado del anzuelo.
Así que, y desde ahora, para unificar otras denominaciones para el feeder, ya que hace unos días yo había utilizado el término “feeder agreste”, y para distinguirlo del “carp fishing agreste”, toda modalidad que salga de la ortodoxia del feeder más clásico pasará a llamarse: Feeder Rupestre. ¡Qué así sea por hoy y para siempre!

Comentarios

chema ha dicho que…
Cuando quieras ya puedes ir preparando la inglesa, ayer estube pescando con esta modalidad por cierto y saque 18 carpas, yo calculo que de 25 kg para arriba por que todas pasaban del kg y unas cuantas de los dos, asi que cuando quieras vamos al ataque.
Josan ha dicho que…
Eso está hecho, ya tengo ganas de sacar carpas en el pantano. Hay que hacer un buen reportaje para la primera jornada de ciprínidos en Alarcón.