Se acerca el
frío, lenta, pero inexorablemente. ¿Lo notan los peces? Supongo que sí, aunque
ni nado con ellos, ni soy biólogo. El caso es que, pese a las creencias
infundadas que había tenido como pescador durante muchos años, ahora estoy casi
convencido –salvo prueba en contrario- que la actividad de los depredadores
decrece significativamente, como es el caso de las demás especies de agua
dulce, contra más se hace notar el frío. Así que, este 24 de Noviembre, día,
climatológicamente hablando, excepcional para la pesca de lucios y luciopercas
debido al leve viento, el cielo tomado por la neblina y una temperatura fresca,
pero agradable, nos propusimos, Adolfo y quien esto suscribe, pasar un día
tentando a los depredadores de Buendía, para ver si eran tan amables de
engullir nuestros señuelos, y así, por lo menos en mi caso, despedir el año de
pesca en este maravilloso pantano conquense.
Adolfo |
Inicios
prometedores al sacar, en un breve lapso de tiempo, en la misma zona donde
echamos la barca, dos lucios al curricán (uno Adolfo y otro yo), más otro que
me había entrado a mí practicando el lance con un jumbo color verde-perla.
Pero, y pese a los buenos resultados iniciales, abandonamos el lugar. ¡Craso
error! Después de esto, fuimos incapaces de lograr una picada en todo el día a
pesar de probar todos los señuelos que hay en nuestras cajas, de utilizar,
tanto técnicas de lanzado como de curricán, y de probar en zonas someras, profundas,
e incluso, casi abisales. Nada. No localizábamos ni a lucios, y mucho menos, a
luciopercas.
Fue sobre
las 5 de la tarde cuando, a modo desesperado, se le ocurrió a Adolfo probar al
curricán con artificiales que profundizan un metro escaso, buscando zonas de
menos profundidad -3 a 4 metros- y, sorpresivamente, era ahí donde se hallaban
los peces. Con esta modalidad sacamos otros tres, y a lance algunos pocos más,
perdiendo varias picadas. Al final, la pescata no fue extraordinaria, pero el
día se pasó rápido y entretenido, pudiendo contar al final 5 lucios de Adolfo, y 4
míos. ¿Dónde estarían las luciopercas?
¡Quién sabe! Pero, en el agua… seguro.
Santa María de Poyos; por lo menos, lo que queda |
*Dato histórico: este año se
cumple el 60 aniversario de la desaparición de Santa María de Poyos (http://www.vocesdecuenca.com/frontend/voces/60-Anos-De-La-Desaparicion-De-Santa-Maria-De-Poyos-Y-Del-Nac-vn19542-vst349). Todavía se pueden ver parte de sus
restos, y para muestra adjunto foto. Buena zona para luciopercas… en algunas
ocasiones.
Comentarios
DE TODAS FORMAS, LO MEJOR EN ESTOS CASOS ES ECHARLE LA CULPA A LA DE SIEMPRE....¡¡LA LUNA!!