Te conocí
una mañana del mes de Junio de hace apenas dos años. Iba a llevar a cabo una
jornada de pesca en el Pantano de Vallehermoso, y al llegar al lugar me
encontré a tres pescadores de la Puebla de Almoradiel, quienes, tras el saludo
del “buenos días” inicial, me mostrasteis de inmediato, sobre todo tú, Pablo,
una cordialidad en desuso muchas veces ya, desgraciadamente, en este mundillo
de pescadores, invitándome tú mismo de inmediato a ponerme a tu lado y así
compartir entre todos la jornada.
Poco tiempo
te he conocido, amigo Pablo, sólo en tres o cuatros sesiones
compartidas de pesca y en otras tantas conversaciones telefónicas, amenas y
largas pero que ahora se me hacen cortas, siempre tratando el tema que tanto nos
apasiona: la pesca, pero este corto lapso de tiempo en el que te pude tratar me
bastó para apreciarte como amigo; como pescador eras tranquilo, pausado, y aún
cuando la jornada era escasa en capturas y las dificultades aumentaban, lejos
de caer en el desaliento y la frustración, como nos puede pasar a pescadores
más vehementes, siempre seguías mostrándote afable y cordial de trato. Te
hacías querer.
Así que,
allí donde quiera que ahora estés, sé que estarás pescando con tu enchufable,
concentrado en tu veleta, siempre sosegado en tu panier y mostrando una ligera
sonrisa plena de satisfacción porque ahora sí sabes fehacientemente que vas a
hacer eternamente lo que tanto te gustaba. Siempre te recordaré con cariño,
pese al dolor que ahora siento por lo injusto de tu excesiva y pronta partida
en plena juventud, sobre todo la franca mirada que dedicabas a todo el mundo,
siempre desde tus sempiternas gafas. Fue un placer haberte conocido y haber
pescado y aprendido contigo.
Descansa en
paz, chaval, y nunca dejes de pescar. Yo por lo menos así te recordaré... siempre.
Comentarios
Mi más sentido pésame a sus familiares y amigos.
Injusta es la vida en ocasiones y nunca entederemos el porqué.
Un gran homenaje.
Saludos
Mi más sincero pesame a sus familiares y amigos