Querido Coto
La Torre, ya sé que últimamente te tengo un tanto abandonado, pero
vicisitudes varias de esta procelosa
vida que nos ha tocado vivir, y muchas veces sufrir, me han hecho tenerte un
tanto en el olvido, pero debes saber que siempre te tengo en mi recuerdo y me
preocupan las últimas noticias que me llegan sobre ti. Mucho he disfrutado en
tus riberas y en tus aguas he aprendido a pescar. Empecé contigo una carrera de
pescador en la que mi bisoñez era, más que notable, superlativa, y poco a poco
en tus bravas corrientes, en tus calmas tablas, en tus productivas coladas y
bajo la protección de tu tupida arboleda he sido capaz de aprender un poco en
este mundo de la pesca; y no sólo de la pesca de truchas, sino de muchas otras
especies, ya que en esta época en que los peces escasean cada vez más, tú has
representado un placentero oasis de pescadores de todas las modalidades donde
asegurar una fructífera y entretenida jornada, y es contigo donde he conocido a
muchos amigos pescadores que con el tiempo, empezando como maestros, se han
convertido, más que en compañeros de pesca, en amigos.
Así que, por
todo lo dicho, me duele tu penosa situación en la que, según me dicen, se te
imposibilita el recoger en tu acuático regazo a tus más insignes habitantes,
las truchas, sin las cuales tu existencia sería truncada de raíz. Ya fue penosa
tu situación durante un largo periodo de tiempo al prohibirse la repoblación
con truchas arcoíris por el pernicioso, mal estructurado y totalmente falto de
conocimientos de la situación real de la pesca en agua dulce de este país,
Decreto-ley sobre especies exóticas. No menos daño te ocasionan los insaciables
cormoranes, especie exótica y perjudicial para la fauna piscícola –afirmación
sobradamente demostrada-, pero contrariamente al supuesto espíritu benefactor y
proteccionista de lo autóctono, protegidas por la autoridad competente. ¿Por
qué no dejan a día de hoy repoblar tus aguas? ¿Qué ocultos intereses se mueven
en tu contra? No sé, pero desde esta página pido que los socios y usuarios que
han disfrutado de buenas jornadas de pesca en tus aguas hagan lo que en su mano
esté para que se solucione esta injusta situación. Mi aportación es denunciar
en esta página la persecución a que eres sometido y entiendo que tu
desaparición sería irreparable para la pesca en general y para Cuenca en
particular: trabajadores sin su puesto de trabajo, visitantes foráneos que
dejan su dinero en las depauperadas arcas de la ciudad en su visita a tus aguas
y, por supuesto, vecinos del lugar que no tendrán escenario más grato donde
pasar sus ratos de ocio en contacto con tu exuberante entorno natural
practicando la actividad que más placentera les resulta. Espero que la indolente
desidia no haga que se cierren tus puertas para siempre, querido Coto La Torre.
Comentarios
Un abrazo
Pero es lo que hay y creo que tenemos para rato.
Saludos