Hace un
tiempo, pescando con mi amigo Alejandro, tuve un momento hilarante
al ver cómo, tentando al bass con un señuelo de superficie, en el momento que
el centrárquido iba a echárselo a la boca, en su afán por clavar al pez y
obnubilado por el “ansia viva” de la
captura, prácticamente se lo quitó de la boca antes que el black-bass siquiera
llegara a rozarlo. Fue largo el recuerdo del hecho y el cachondeo subsiguiente,
incordiando más de una vez a mi sufrido compañero por el penoso lance, atribuyéndole,
de forma irónica, se entiende, la creación de una nueva técnica: “La pesca sin dolor”.
Pero, ¡Ay,
amigo!, como suele ocurrir en innumerable ocasiones, y como no se cansa de
repetir el refrán: “A todo cerdo le llega
su San Martín”, es decir, que nadie estamos exentos de cometer estos fallos,
y más si somos mediocres pescadores como yo, por lo que esta vez me tocó a mí todo el
proceso, pero a la inversa: fui yo quien, cuando el bass iba a engullir mi shadow color perla, y en un alarde de impaciencia
(ansia viva), le pegué un cachete tan apresurado que se lo quité de la boca;
fue a mí, entonces, al que fueron dirigidos los dardos irónicos de Alejandro
recordándome “la pesca sin dolor” y otras lindezas y cachondeos varios con que
yo le había agasajado durante mucho tiempo, así que, sólo un consejo: no reírse
nunca de los fallos y fracasos ajenos porque el dios de la pesca –creo que es
Lución, o algo así- al final nos lo hace pagar con un castigo igual o superior
del que nos hemos mofado.
Pero, como
todo no iba a ser malo, hay que reconocer que la jornada fue muy entretenida,
sacando algunos buenos lucios y algún buen bass. ¡El día que aprenda!
Comentarios
Auque eso si me lo pase pipa sobre todo con la mano en el motor... jejeje
No te quejes, Alejandro, que lo que a ti más te gusta es eso: el manejo de la barca, je, je, je...
Eso sí, con humor todo se lleva mejor.
Saludos