La COLMIC 6800 menguante

Años, y muchos, han pasado desde que este modelo era nuevo, moderno y se hallaba en la cúspide de las cañas de alta gama, si es que alguna vez lo fue; también los mismos años hace que medía 13 metros, incluso 14,5 (con un tramo ya en desuso, aunque visto lo que pesa lo que queda de ella, el que tuviera la fuerza suficiente para manejar esta mole con los 14,5 metros habría que considerarlo casi un superhombre, ya que es tal su peso que yo, no considerándome un tipo enclenque, si tuviera que pescar con toda su longitud seguramente no podría ni presentarla, y, si así fuere, sólo podría pescar con un único gusano de cebo, ya que el ínfimo peso que sumaríamos al añadirle otro supondría, seguramente, que fuera arrastrado junto a ella al fondo del pantano).
Faltan dos carpas que huyeron antes de la foto y posterior suelta de sus congéneres
Así que, ya se me vendió con 12,4 metros por los múltiples remiendos que llevaba a sus robustas espaldas de carbono, y roturas varias acaecidas en estos tres años que la poseo la han reducido a 12 -adjunto de nuevo vídeo de su penúltimo percance-, pero... aguanta, aunque someterla a jornadas intensivas de pesca, como esta última en el Pantano de Alarcón, le van pasando factura, como así fue este lunes en el que saqué, en 6 horas, 41 carpas royales que pesarían –no pesé- sobre los 55 kilos (la mayor sí: 2,5 kilos). Une una caña vieja a un kit cortísimo, un elástico muy duro y un bajo del 0,20 para sujetar a estos enérgicos ciprínidos, sobre todo en su arrancada inicial y, resultado de la ecuación: la caña “casca” a la vez por el tercer tramo y la parte más gruesa del kit, llevándose a éste último el pez a las profundidades del embalse y quedándome con cara de gilipollas. ¡Mierda, cada vez me queda menos caña! –exclamé, aunque supongo, no me acuerdo, pudiera ser, que la imprecación fuese más escatológica o rayana lo blasfemo-. Eso sí, de inmediato lo que me embargó fue una sincera preocupación por la incierta salud de la carpa con un trozo de caña colgado de su boca. Espero que con el tiempo se deshaga del artefacto y prosiga una larga vida en las aguas que la vieron nacer. Las cañas se pueden remplazar, pero la vida de un pez, no. Captura y suelta.

He pensado en añadirle un palo de escoba para aumentar la longitud de la caña, pero con lo poco dotado que estoy para el bricolaje y las manualidades, y muestra de ello es el vídeo adjunto, casi, que no.




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