Julián Sr. y Jr. en sus respectivos pesquiles. |
Como el
hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra – si sólo
fueran dos-, y aprovechando una llamada de los Julianes (padre e hijo de La
Gineta y amigos y compañeros de club) ofreciéndome compartir una nueva jornada
de pesca en Vallehermoso, y en cierto modo por el orgullo malherido de pescador
tras el ignominioso tropiezo de hace dos semanas en este escenario, decido
acompañarlos con el ansia revanchista de conseguir paliar, en parte, el
entuerto de la pobre pescata llevada a cabo el pretérito día.
El Barbo. Único de la jornada. |
Así que,
consideraciones filosóficas aparte, me ceñiré a los hechos: sobre las 8:30 de
este 14 de Febrero de 2013 llegamos
al pantano mi compañero, a la vez que renombrado camarógrafo y relator de
eventos deportivos, Tío Julio, y yo. Prácticamente al mismo tiempo que nosotros
aparecen cuatro pescadores del vecino pueblo de Valdepeñas que ubican sus pesquiles a la siniestra de mi puesto.
Poco tardarán estos amigos valdepeñeros en estar preparados para iniciar la
pesca, e, incluso, hacerse y degustar un sabroso almuerzo al que, amablemente,
nos invitan, debiendo excusarnos de acompañarlos debido a la ingente cantidad
de víveres que llevábamos también nosotros y que no era cuestión de
desperdiciar, incluida una macro-tortilla de 9 huevos elaborada por el maestro
de fogones: el Tío Julio –como se puede comprobar por mi relato, hombre
polifacético en grado sumo-. Mañana fresca, aunque el trajín del traslado de material
y montaje del pesquil hace que vaya entrando paulatinamente en calor.
Jesús, pescador de Valdepeñas, luchando con una carpa. |
Iniciamos la
pesca, los Julianes y yo, alrededor de las 11:00 debido, en gran medida, al
retraso con que mis compañeros aparecieron en el pantano, ya habiendo sacado
alguna pieza nuestros vecinos. Pronto Julián Jr. empezó a tener picadas,
siendo el primero en tocar escama; más tarde me tocó a mí, teniendo que pasar
un buen rato hasta que Sénior pudiera sacar una común que
hizo que su moral pegara un vuelco de positividad, ya muy menguada como estaba.
Así fue pasando la mañana, con picadas esporádicas, y sacando, más espaciadas
en el tiempo de lo que quisiéramos, algún pez que otro, aunque nuestros vecinos
valdepeñeros llevaban mejor ritmo de capturas que nosotros, sobre todo Jesús.
Al final, y por no extenderme más, y sobre las 16:30 que dimos por concluida la
jornada –yo aguantaría otra media hora más-, pudimos contar: 4 carpas Julián padre; 8 el hijo; y yo, 10 capturas
(12,5 kg.) incluyendo en ellas un potente
barbete que me hizo especial ilusión por ser el primero que pesco en este
pantano. Nuestros vecinos ciudalearreños pudieron contar, más o menos: 15 carpas, Jesús, y, por tanto,
vencedor absoluto de este inesperado pseudo-concurso; 9 ó 10 dos de sus
compañeros, de los que sólo recuerdo, y por eso pido disculpas, el nombre de
uno de ellos: Jorge; y 4, Sergio,
pero en su descargo hay que decir que estaba en un puesto altamente incómodo.
Sergio mostrando su primera captura: royal. |
Resumen de
la jornada: como siempre reitero en mis relatos de pesca, se saque lo que se
saque, el pasar el día al aire libre, acompañado de buenos amigos, y, además,
conocer a otros nuevos, ya merece la pena. Pero, además, como pude doblar el
número de capturas de la última jornada, más contento todavía. Ya sé que no son
espectaculares pescatas, pero para mediocridades como yo resultan, en la época
de frío en que nos encontramos, altamente satisfactorias.
Sénior con una común. Primera del día. |
Y, para
terminar, y no siendo habitual en mí porque no me siento capacitado para ello,
me voy a permitir dar unos consejos técnicos por si algún pescador que vaya a
ir de pesca a este pantano, primero, quisiera leerlos y, segundo, aplicarlos.
Son consejos para pescadores bisoños y que, a los expertos, el leerlos seguro
les hace aflorar una sonrisa displicente y desdeñosa. A mí me fue bien,
doblando mis capturas, pero también podría ser casualidad, ¡vete tú a saber!
Pero, ahí van:
-
Primero:
bajos largos (de unos 30 centímetros) y de diámetro 0,16, o menos si se dispone
de de gomas blandas –sin duda, consejo de Perogrullo.
-
Segundo:
anzuelos del 14, 16 o, incluso, menores.
-
Tercero:
cebo: a mí el que mejor me funcionó fue el mixto: un grano de maíz con dos o
tres gusanos, y el bajo apoyando 4 ó 5 centímetros en el fondo.
-
Cuarto
y último: el engodo: hay que procurar, como seguro todo el mundo sabe, mimetizarlo
lo máximo posible con el suelo del pantano. Yo no lo logré totalmente, pero sí
lo hice mejor que la vez anterior, aunque para ello tuviera que dejar sin
tierra dos tiestos que tan
amorosamente cuidaba mi querida madre y que, ahora, los pobres geranios que los
ocupaban languidecen ocultos en el cubo de la basura; pero para obtener buenos
resultados alguna vez es inevitable que se produzcan bajas, y esta vez le ha
tocado a estas plantas. Cantidad: 50% de engodo y 50% de tierra.
Jesús con una de sus 15 capturas |
Muchos calificarán esta especie de mediocre tutorial de
osadía dado mi escaso nivel y conocimiento de la pesca con enchufable, pero he
de advertir que son consejos, impagables, sin duda, de un gran pescador como es
Palacios, y ahí están sus resultados en este pantano para dar fe de ello. Si
alguien los puede aprovechar, estupendo, y si alguien se “descojona” con los
mismos, mejor aún… para eso escribo este blog.
Jorge, otro de los compañeros de Valdepeñas. |
12,5 kilos |
Y por último, y debido al” inusitado interés” que ha
provocado en el público en general y en el colectivo de pescadores en
particular, tengo la desfachatez de volver a incluir en esta narración un nuevo
vídeo de la jornada. Hay que tener en cuenta que toda película se trata de una creación artística –ésta en
concreto no, por supuesto, aunque muchas otras, ¡y encima subvencionadas!,
hacen a las mías obras de arte- y, como tal, su perfección está muy unida a la
inspiración del autor en ese momento, cosa que el día de hoy estaba un tanto
dormida. Es paradójico que, y pese que debía ser al contrario, cada vez nos
salen peor los vídeos, pero, si alguien los viere, que los considere una
crónica de la actualidad. Las florituras, ya, si eso… otro día.
Comentarios
Qué alegría poder ir viendo actividad en las aguas estrenando temporada. Por cierto, bonito comizo, para mí la especie con la que más se disfruta la pesca.
Y respecto al barbo, efectivamente, para mí, es unos de los peces más agradecidos de pescar tanto por su potencia, como por la dificultad en cogerlo, sobre todo con ova. De todos modos, fue una casualidad que me picara, aunque como he escrito me hizo mucha ilusión y, aunque pequeño, la lucha de estos bichos en relación a su tamaño es extraordinaria.
un saludo
Saludos.
Y respecto al "pulso" del camarógrafo hay que reconocer que no lo tiene muy firme, pero lo compensa con sus comentarios tan entendidos, atinados y precisos sobre la técnica de pesca, je, je, je...