http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=519328
Por fin. Ya era hora que algún político se preocupara un poco de la pesca. Aunque las medidas que se proponen en esta Ley no son la panacea para solucionar los problemas que aquejan nuestro mundo de la pesca de agua dulce, por lo menos es un inicio.
Estoy seguro que la mayoría de los políticos que dirigen las cuestiones de la pesca confundirían un lucio con una caja zapatos y el interés que tienen en la misma es nulo, ya que los pescadores no somos muchos y no damos tantos votos como necesitarían para mantener su poltrona durante años y años, mientras nuestros ríos y pantanos se mueren y, cada vez más, se van quedando sin peces.
Qué sería de la pesca si en los años 60 y 70, por no irnos más atrás, se hubieran hecho leyes adecuadas para regular la misma, y haber evitado que los ríos y pantanos fueran esquilmados sistemáticamente, primero por los indígenas patrios y, en la actualidad, por éstos mismos, unidos a las hordas del Este.
Supongo que la solución está en la educación de cada uno y en el respeto que le debemos a nuestra afición, pero al no existir ninguna de las dos premisas anteriores, la solución sería dictar leyes restrictivas que impidieran el abuso de estos depredadores de dos patas.
Pero mi fe en los que tienen la posibilidad de llevar a cabo estas normas legales es: NINGUNA. Así que, procuremos los que nos consideramos pescadores, llevar a cabo una labor de denuncia y, cuando se pueda, didáctica -si es que estás acémilas pescadoras se dejan instruir, cosa dudosa-.
"Captura y Suelta". Salvemos la pesca.
Por fin. Ya era hora que algún político se preocupara un poco de la pesca. Aunque las medidas que se proponen en esta Ley no son la panacea para solucionar los problemas que aquejan nuestro mundo de la pesca de agua dulce, por lo menos es un inicio.
Estoy seguro que la mayoría de los políticos que dirigen las cuestiones de la pesca confundirían un lucio con una caja zapatos y el interés que tienen en la misma es nulo, ya que los pescadores no somos muchos y no damos tantos votos como necesitarían para mantener su poltrona durante años y años, mientras nuestros ríos y pantanos se mueren y, cada vez más, se van quedando sin peces.
Qué sería de la pesca si en los años 60 y 70, por no irnos más atrás, se hubieran hecho leyes adecuadas para regular la misma, y haber evitado que los ríos y pantanos fueran esquilmados sistemáticamente, primero por los indígenas patrios y, en la actualidad, por éstos mismos, unidos a las hordas del Este.
Supongo que la solución está en la educación de cada uno y en el respeto que le debemos a nuestra afición, pero al no existir ninguna de las dos premisas anteriores, la solución sería dictar leyes restrictivas que impidieran el abuso de estos depredadores de dos patas.
Pero mi fe en los que tienen la posibilidad de llevar a cabo estas normas legales es: NINGUNA. Así que, procuremos los que nos consideramos pescadores, llevar a cabo una labor de denuncia y, cuando se pueda, didáctica -si es que estás acémilas pescadoras se dejan instruir, cosa dudosa-.
"Captura y Suelta". Salvemos la pesca.
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